Sobre la 1 de la madrugada comienza un incendio provocado en las cocheras de la empresa Acha, situadas en el polígono industrial de Ugaldeguren, en Derio (Vizcaya). La empresa es concesionaria del servicio de transporte público Bizkaibus. Ocho autobuses resultaron calcinados, con daños valorados en 2,4 millones de euros.
En las inmediaciones se encontraron restos de gasolina y panfletos que pedían la puesta en libertad de Ibon Iparragirre, recluso condenado por diversos atentados cuya excarcelación ha sido pedida por la izquierda abertzale por motivos de salud.
Un grupo sin identificar se atribuyó a través de un email enviado a Euskal Irrati Telebista (EiTB) el ataque. En el escrito se comienza diciendo "quienes escribimos esta carta asumimos el ataque contra los autobuses de Derio, a consecuencia del cual se quemaron ocho vehículos". A continuación, los autores afirman que el preso de ETA Ibon Iparragirre se encuentra al borde de la muerte y que el eco obtenido por la quema de los autobuses ha puesto su situación "en el centro de todos los debates y noticias".
En su segundo punto critican a los partidos con representación política (PNV, PSOE y PP) por "hablar de nuestra violencia para ocultar la que ellos ejercen", y consideran que "cuando no usamos la violencia, todavía tienen más fácil tapar lo que hacen con los presos". Así, aseguran que seguirán haciendo "todo lo que esté en su mano" y afirman que hacen una elección a favor de la "lucha".
El punto más extenso lo dedican a EH Bildu "y, sobre todo, Sortu", de quienes dicen no sorprenderse por su rechazo de la acción porque "se han alineado con quienes mantienen la opresión de Euskal Herria". Consideran que la izquierda abertzale se contradice porque dice defender a los presos, pero critica "de manera simplista" el ataque de Derio insultando indirectamente de ese de ese modo, "la lucha de la mayoría de los presos políticos".
Además, creen que como consecuencia, EH Bildu y Sortu "ponen la alfombra roja a la represión, vendiendo que quienes hemos hecho esta acción estamos solos. Sabemos que lo próximo será aplaudir la detención de los militantes políticos que utilizamos la violencia (…) y todo a cambio de una cuantas poltronas que no sirven más que para integrarse en el sistema".
La carta finalizan haciendo una defensa del uso de la violencia "para desestabilizar" el sistema.
Un grupo sin identificar se atribuyó a través de un email enviado a Euskal Irrati Telebista (EiTB) el ataque. En el escrito se comienza diciendo "quienes escribimos esta carta asumimos el ataque contra los autobuses de Derio, a consecuencia del cual se quemaron ocho vehículos". A continuación, los autores afirman que el preso de ETA Ibon Iparragirre se encuentra al borde de la muerte y que el eco obtenido por la quema de los autobuses ha puesto su situación "en el centro de todos los debates y noticias".
En su segundo punto critican a los partidos con representación política (PNV, PSOE y PP) por "hablar de nuestra violencia para ocultar la que ellos ejercen", y consideran que "cuando no usamos la violencia, todavía tienen más fácil tapar lo que hacen con los presos". Así, aseguran que seguirán haciendo "todo lo que esté en su mano" y afirman que hacen una elección a favor de la "lucha".
El punto más extenso lo dedican a EH Bildu "y, sobre todo, Sortu", de quienes dicen no sorprenderse por su rechazo de la acción porque "se han alineado con quienes mantienen la opresión de Euskal Herria". Consideran que la izquierda abertzale se contradice porque dice defender a los presos, pero critica "de manera simplista" el ataque de Derio insultando indirectamente de ese de ese modo, "la lucha de la mayoría de los presos políticos".
Además, creen que como consecuencia, EH Bildu y Sortu "ponen la alfombra roja a la represión, vendiendo que quienes hemos hecho esta acción estamos solos. Sabemos que lo próximo será aplaudir la detención de los militantes políticos que utilizamos la violencia (…) y todo a cambio de una cuantas poltronas que no sirven más que para integrarse en el sistema".
La carta finalizan haciendo una defensa del uso de la violencia "para desestabilizar" el sistema.
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