miércoles, 4 de noviembre de 2015

Lectura comunicado en juicio en París

Durante el juicio en el Tribunal Especial de lo Criminal en París que juzga la muerte a tiros del brigadier Jean-Serge Nérin, última víctima mortal de ETA y primer policía francés en su historial criminal, la etarra Izaskun Lesaka Argüelles lee -en presencia de los también juzgados Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe,  Xabier Goienetxea Iragorri, Arkaitz Agirregabiria del Barrio, Josu Urbieta Alkorta y Joseba Fernández Aspurz- un documento titulado ‘A propósito de las personas que han sufrido las consecuencias del conflicto’.

«El interés por las víctimas es nuevo. Las instituciones no han mostrado interés hasta los años 90», se asevera. «A día de hoy, solo una parte limitada y muy específica de las personas que han sufrido las consecuencias del conflicto es destacada y tratada como única víctima de injusticia», se añade.

«Matar no es agradable, en ningún caso. Matar es terrible. Lo es más aún cuando es de manera involuntaria», plantea el texto de los acusados, quienes sostienen que la muerte a tiros de Nérin en un enfrentamiento «fortuito» se produjo en contra de su voluntad.

«Pero nos parece obsceno hacer de ese sufrimiento infligido a los demás y a nosotros mismos un espectáculo», pone más adelante. «Si por el espectáculo de este sufrimiento se busca la humillación y la rendición del enemigo, a sabiendas de que eso no hará más que perennizar el conflicto, estamos ante un crimen», continúa.

Sobre la exigencia hecha a ETA y la izquierda abertzale de una revisión crítica del pasado, el escrito valora que «no es más que un nuevo obstáculo que hace de quien se empeña en encontrar soluciones el portador del peso de la responsabilidad». Además proclama que «la lucha armada ha sido instrumento ineludible para que nuestra nación sobreviva».

La declaración apunta que «en esta batalla por el relato del pasado, incluso las palabras han perdido su significado». «Es el mundo al revés», observa unos párrafos después. «Se impide a ETA poner término a su proceso de desarme. Se hace política a costa de las víctimas. Los presos, rehenes en las prisiones de los estados a menudo en condiciones peores a las de los años más duros del enfrentamiento armado, sufren el chantaje de la petición de autocrítica».

«Hay una clara negativa a afrontar las causas del enfrentamiento», «la campaña de terror contra el País Vasco nunca ha cesado» y «es impensable recrear la paz sobre la injusticia legada por la represión», son otras de las afirmaciones del documento.

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